Existen muchas maneras de acercarse al yoga, pero hoy quiero centrarme en quienes acuden a una clase por primera vez.
Si estás buscando tu primera experiencia, lo primero que debes revisar es si la clase está abierta a todos los niveles o si está destinada a un nivel 1 (principiante). En caso de que no lo encuentres especificado, lo mejor es preguntar antes de reservar.
También es recomendable informarte sobre los distintos estilos de yoga que existen hoy en día. El mercado ofrece una gran variedad y conocerlos puede ayudarte a elegir la práctica que más te convenga. No todas las clases son suaves ni aptas para cualquier condición física.
Para que tengas una idea, te comparto algunos ejemplos:
Yin Yoga o Yoga Restaurativo → suelen ser clases accesibles para cualquier persona, ideales si buscas calma, descanso y estiramientos profundos.
Hatha, Raja o Iyengar Yoga → permiten adaptaciones según el nivel, son buenas opciones si quieres aprender la base del yoga con seguridad.
Ashtanga, Vinyasa o Rocket Yoga → son estilos dinámicos, en movimiento, que requieren un cuerpo más entrenado o al menos un poco de experiencia previa.
Si tienes dudas, no dudes en preguntar en el centro al que acudas o escribir un correo electrónico (si tu caso es una clase online).
Ahora bien, si tienes antecedentes de lesiones, alguna patología o tomas medicación, es muy importante que informes de tu situación al profesional que dirige la clase. Esto permitirá que la práctica se adapte a ti y que tu experiencia sea positiva. En estos casos, el profesor o profesora te indicará cómo entrar, permanecer y salir de las asanas de manera segura.
Si no te sientes cómodo compartiendo tu situación con el resto del grupo, siempre puedes solicitar al instructor una pequeña entrevista antes o después de la clase para explicarlo en privado. Esto evitará incomodidades y hará que disfrutes más tu práctica.
En resumen, para tu primera clase de yoga recuerda:
Revisa el nivel y el estilo de la clase.
Pregunta en recepción o por correo si tienes dudas.
Informa al profesional sobre lesiones, patologías o medicamentos que estés tomando.
Si lo piden, puede que sea necesario traer un informe médico (aunque no siempre es obligatorio).
El yoga debe ser siempre una experiencia positiva, tanto para el alumno como para quien dirige la clase. Con una buena comunicación y la elección correcta del estilo, tu primera práctica será el inicio de un camino transformador lleno de descubrimientos.