Con el inicio del nuevo año me propuse abrir espacio a la novedad, tanto en mi práctica personal como en la enseñanza. Habitualmente doy dos clases: los martes, donde hemos trabajado hatha, yoga restaurativo o suave; y los jueves, dedicados al vinyasa. Son prácticas muy diferentes entre sí, pero ambas nos llevan a un mismo destino: la meditación.
Sin embargo, en este camino no todo es sencillo. Una de las mayores dificultades que encontramos es mantenernos en un estado de atención plena y presencia firme. Solemos usar la expresión “el aquí y el ahora” para ayudar al alumno a comprenderlo mejor, porque es justamente esa presencia la que nos sostiene en cada postura y nos permite sentir cómo responde el cuerpo. A veces surge bienestar; otras, incomodidad o incluso la necesidad de salir antes de tiempo de una asana.
Lo importante es entender que cuando el cuerpo envía señales, es algo positivo: nos invita a escuchar y ajustar. Tal vez con una pequeña modificación en la alineación o adaptando la postura podemos permanecer en ella sin renunciar a la experiencia. Con el tiempo —y con constancia— muchas de esas incomodidades desaparecen y damos pasos hacia una práctica más profunda.
El único verdadero obstáculo aparece cuando dejamos de practicar durante un periodo. Al regresar, el cuerpo nos pide paciencia y moderación para recuperar los patrones que había adquirido. Yo misma he comprobado esto una y otra vez, y lo he llevado a la esterilla con mis alumnas.
Pero hay una dificultad aún más grande que el cuerpo: la mente.
Si la mente está pesada, el cuerpo también lo estará. Si está estresada, el cuerpo lo resentirá. Si está llena de pensamientos agitados, nos resultará casi imposible permanecer en una asana por mucho tiempo.
Recuerdo que una alumna me dijo una vez:
"No puedo quedarme mucho en una postura, me viene mejor un vinyasa para tranquilizar mi mente."
Esa frase me hizo reflexionar profundamente. El maestro Paramahansa Yogananda ya lo afirmaba: la mente es el factor que más influye en la práctica de asanas. El yogui sensible descubre que cuerpo y mente están íntimamente conectados, que se influyen en un instante.
El yoga, en su esencia, busca precisamente esa unión: trabajar ambas dimensiones a la vez. Por eso es necesario ser constante, encontrar un lugar y una hora para practicar, y —sobre todo si se está empezando— contar con la guía de un buen maestro o maestra que oriente la alineación corporal y ayude a intensificar la experiencia.
Los problemas de la mente son, en muchos casos, los más evidentes y los que más nos limitan. Encontrar herramientas para afrontarlos es clave. Por un bello azar de la vida, me sumergí en la práctica del Ananda Yoga, y allí encontré respuestas a las dificultades que me compartió aquella alumna.
Por eso este nuevo año he decidido que las clases de los martes las dedicaré al Ananda Yoga. Cada asana irá acompañada de una afirmación consciente, y antes de comenzar trabajaremos un pranayama en movimiento —el Dirgha Pranayama— para preparar la mente y el cuerpo antes del Surya Namaskar (Saludo al Sol) y de la práctica física.
Es pronto para hablar de resultados, pero estoy convencida de que este camino dará frutos. Al final, la clave está en confiar, practicar y cultivar la paciencia. Porque la paciencia, en yoga como en la vida, no es una obligación: es un acto de amor. 💜💗🙏
Me fascina el Yoga, mundo meditación, valoro muy positivamente este blog, lleno de conocimiento y cercanía. Quiero seguir aprendiendo, me aporta mucho
ResponderEliminarArianna es mi profesora desde hace más de 3 años, con ella descubrí el yoga y sus beneficios, desde entonces mi vida cambió.
ResponderEliminarEs una gran profesional, me alegro que haya hecho este blog para poder ir creciendo y dar a conocer sus conocimientos.
No te pongas barreras en tu vida y ben a hacer yoga con Ari, PRUÉBALO!!
Gracias por dejar tu comento! Se agradece😊
EliminarGracias🙏💕 el yoga me ayuda a recordar que todo esta conectado. Sigo experimentando y aprendiendo.
ResponderEliminarGracias🙏💕 que haríamos sin el yoga. La importancia de la conexión de cuerpo y mente es clave. Seguiré evoluvionando con las herramientas que me da el yoga y profundizar con la meditación. Mañana comienzó con un nuevo reto que espero que se haga habito. Namaste Sonia
ResponderEliminarMe alegro mucho Sonia. Ya verás q en breve noterás los efecto positivo y será natural levantarte a practicar
EliminarHola soy Gemma. Hace poco más de un año que practico yoga. Desde que practico yoga con Ari he fortalecido mi cuerpo, he conseguido más elasticidad y tengo mejor postura corporal durante todo el día. Al mismo tiempo he conseguido más equilibrio mental, estar feliz conmigo misma y más paz interior. Seguiré haciendo yoga para que me acompañe en el camino de la vida.
ResponderEliminarGracias Ari.
Gracias Gemma y adelante con las clases nunca detenga tu practica busca hacerlo con la maxíma atención.
EliminarMuchas gracias Arkait por tu comentario.
ResponderEliminarMuy interessante
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